El texto
al que nos enfrentamos trae como ideas principales el problema del
empleo, la formación académica y el tipo de vida comparando distintos
tiempos; el de hace unos años, el de la generación de nuestros padres,
con el de ahora, el siglo XXI. Estos aspectos tienen bastantes
contradicción ya que no era igual el de antes y el de ahora. Hace unos
años la única meta a la que aspiraban nuestros padres era la de
conseguir casarse, tener hijos y, a continuación, un trabajo digno para
salir adelante. En cambio, ahora solo nos interesa formarnos lo mejor
posible para así obtener un empleo en nuestra especialidad o, por lo
menos, un empleo decente con el que podamos subsistir. Esto ha variado,
sobre todo, por culpa de la crisis, ya que hay falta de trabajo en toda
España y eso nos lleva a quedarnos en casa de nuestros padres y que nos
siga manteniendo o seguir estudiando. Bueno, seguir estudiando quien
pueda, mejor dicho. En los últimos años, las tasas de las matrículas se
han disparado y muchos intentos de estudiante han fracasado por el hecho
de no haber podido intentarlo ni siquiera por no poder pagarse los
estudios.
Por eso se piensa que los de nuestra generación vivimos y vivirán peor
que la generación de nuestros padres ya que presentamos muchas
limitaciones en varios aspectos en nuestro tipo de vida que nuestros
padres no tenían en su época o al menos daban mejor la cara para
arreglárselas.
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